Psoriasis y dermatitis atópica

Psoriasis
La psoriasis es una enfermedad común de la piel que, debido a que sus síntomas a veces causan traumas emocionales, ocasiona a menudo una notable disminución de la calidad de vida de aquellos pacientes quienes la padecen.

Es una enfermedad genética de la piel que puede aparecer en todas las etapas de la vida. Los pacientes sufren alteraciones características en la piel, placas escamativas, zonas rojizas, inflamadas y escamosas que producen picazón y también pueden ser dolorosas.
Algunos pacientes muestran asimismo una descamación pronunciada en el cuero cabelludo, alteraciones en las uñas o, en ocasiones, un afectación articular muy dolorosa, la llamada artritis psoriásica.

Si bien la psoriasis no es curable hoy día, disponemos ya de varias posibilidades de tratamientos que, sobre todo, mejoran significativamente la calidad de vida de los pacientes y alivian los síntomas hasta lograr su desaparición. Entre estos tratamientos figuran diversas terapias locales (cremas), fototerapia y terapias sistémicas (comprimidos e inyecciones denominados fármacos biológicos).

Dado que se trata de una enfermedad crónica de la piel, es muy importante dedicar al paciente el tiempo necesario para, por un lado, informarle ampliamente de la enfermedad o aconsejarle sobre las opciones de terapias al respecto, por el otro.

Dermatitis atópica
La dermatitis atópica es otra enfermedad inflamatoria crónica de la piel que aparece debido a la predisposición o a factores medioambientales.
Puede afectar a nuestros pacientes más pequeños y puede surgir por primera vez en los lactantes.
Ocasiona eccemas con picazón en la piel seca que también pueden humedecerse, a menudo en partes características del cuerpo, como en las rodillas y en los codos. También pueden verse afectados los párpados, los genitales y las manos.
La piel se debilita debido a un sistema inmunológico insuficiente y, por lo tanto, es más susceptible a infecciones bacterianas y virales.
Es sumamente importante el consecuente tratamiento individual para prevenir las recaídas y la terapia apropiada en casos graves.

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